Los problemas derivados por la contaminación del medio ambiente son un tópico cada vez más incorporado por las sociedades modernas, que también se caracterizan por un fuerte nivel de digitalización. La tecnología, así como sirve para difundir conocimientos y métodos de mitigación de los impactos sobre el ecosistema, también genera una contaminación silenciosa: la huella de carbono.
Sobre esto trató un reciente evento del Foro Pamela Howard de IJNet y el Centro Internacional de Periodistas sobre Coberturas de Crisis Mundiales, que tuvo como oradores a los periodistas ecuatorianos José Luis Cañizares y Ricardo Borja, del laboratorio de divulgación científica Comciencia, un sitio especializado en contenidos digitales de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador.
Cañizares, creador de contenidos y a cargo de la dirección creativa de Comciencia, dijo que “muchas veces la academia falla en comunicar” sus investigaciones y saberes, por lo que desde el sitio asumieron “el reto” de hablarle sobre ciencia a “los millennials y centennials”. Para ello, por ejemplo desarrollaron contenidos para Tik Tok, una red social donde predomina el público joven.
Borja, dedicado al trabajo de información y procesamiento de datos en Comciencia, se refirió a los conceptos básicos para entender qué es la huella de carbono y sus implicancias. El dióxido de carbono y otros gases se producen de forma natural y son esenciales para los seres vivos, aunque producidos en exceso por la intervención de los humanos y los procesos industriales, generan el efecto invernadero.
“Cuando el humano desequilibra los procesos naturales y excede ciertos niveles, la atmósfera empieza a acumular gases que no dejan que el calor salga al espacio, y así la tierra empieza a calentarse, afectando a todo el ecosistema”, explicó.
Si bien el uso de combustibles fósiles es hoy el principal factor contaminante, no deben perderse de vista los efectos de los consumos digitales posibilitados por la electricidad generada por combustión. El dióxido de carbono si bien es un gas menos fuerte que el metano, “tarda mucho más en ser eliminado” de la atmósfera, por lo que sus efectos cobran gran dimensión, repasó el periodista ecuatoriano.
Se estima que los océanos y ecosistemas terrestres absorben la mitad del dióxido de carbono, lo que genera impactos medioambientales variados. Este gas contribuye en un 66% al calentamiento global, fenómeno retratado en que “los últimos siete años han sido los más cálidos que se han registrado y en los próximos cinco años” se batirá el récord, dijo Borja.
Para continuar, Cañizares puntualizó sobre el rol de la tecnología en estos procesos de contaminación: “muchas veces creemos que al mover nuestra forma de comunicación a lo digital u online usamos recursos verdes o hacemos una comunicación sustentable, pero no es así. Hay impactos por el uso de las tecnologías de la información y la comunicación”.
A modo de ejemplo, si Internet fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo por el uso de energía que realiza. “Cuanto mayor es la necesidad y la demanda de la digitalización, mayor es la infraestructura que hay detrás. La industria tecnológica consume 7% de toda la energía global y la contaminación digital representa 3,7% de las emisiones mundiales de carbono”, detalló.
En el nuevo mundo digitalizado toda la información está respaldada en algún sitio, y los data centers cobran cada vez más relevancia. “Para guardar nuestros datos en la nube se utilizan máquinas grandes que se calientan excesivamente, entonces se las debe enfriar y allí se utiliza mucha energía”, expresó Cañizares. Precisamente, los data center son los que generan mayor huella de carbono dentro de la industria tecnológica.
“Transportar la información desde un lugar a otro genera un impacto por la huella de carbono digital. Es decir hay un efecto para el planeta por el crecimiento de las tecnologías de la información y la comunicación, que es súper grande si lo vemos desde lo macro, construido por la suma de pequeñas acciones”, manifestó el especialista de Ecuador.
Cañizares llamó a los periodistas a tener conciencia de esta realidad, transmitirla a las audiencias y dar espacio a las investigaciones en el área, que aún están en etapa de desarrollo.
Ambos especialistas repasaron algunos consejos en busca de disminuir la huella de carbono como consumidores digitales. Uno es luchar contra “las empresas que impulsan que la tecnología sea de un solo uso”, promoviendo un recambio constante de dispositivos en lugar de su reutilización.
Además, hay pequeñas acciones que como usuarios pueden hacer la diferencia: no dejar incrementar la bandeja de entrada en nuestro correo electrónico; utilizar plataformas que tengan conciencia ambiental y busquen reducir sus impactos en el ambiente; o no activar opciones como “reproducción automática” en las plataformas de audio y vídeo.
A modo de resumen, Borja señaló que la actitud para abordar la contaminación digital, sea desde el rol de periodista o de usuarios, es comprender que “cada acción cotidiana tiene impacto fuerte en el ecosistema”. Llamó a dar a conocer esta información, “que necesita ser comprendida por la gente”, para generar así mayor nivel de políticas públicas para mitigar la huella de carbono.
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Imagen de Taylor Vick con licencia Creative Commons en Unsplash.
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