En varias redacciones de Estados Unidos el periodismo policial se está renovando. El axioma «si sangra, manda» se está reconvirtiendo en un periodismo orientado hacia la seguridad pública.
El Minneapolis Star Tribune es un buen ejemplo. «El contexto y la historia deben acompañar la información sobre delincuencia en nuestras comunidades. Se trata de informar al público para que pueda tomar buenas decisiones sobre su seguridad», señala Kyndell Harkness, responsable de cultura y comunidad del Star.
El curso en línea «Transformar la información local sobre delincuencia en periodismo de seguridad pública«, impartido por el Poynter Institute for Media Studies, es impulsor de esta transformación. «Ya íbamos por ese camino, pero ese programa nos dio la estructura que necesitábamos», dice Harkness, quien cursó la formación cuando se ofreció por primera vez en 2022.
Hasta la fecha han participado 65 medios; 21 más se inscribieron en marzo. El curso solo está abierto a medios de comunicación de Estados Unidos.
El Star está revisando hábitos comunes, como el uso de fotografías de detenidos y comunicados de prensa policiales como únicas fuentes de información. Ya no publica fotos de fichados a menos que, tras un debate con un alto directivo, se determine que la historia tiene un «valor informativo excepcional», por ejemplo, una amenaza continua para el público, un delito motivado por el odio, una historia de alto perfil nacional o que involucre a miembros notables de la comunidad.
«Es importante señalar que este es nuestro punto de partida […] sabemos que estos cambios podrían a su vez cambiar con el tiempo. Hablamos de documentos vivos que crecerán con nosotros», explica Harkness, que lleva 23 años en el periódico. También están trabajando para que la cobertura incluya más información explicativa y datos demográficos sobre la delincuencia.
Harkness se refirió a una cobertura del Star de septiembre de 2023 en la que se utilizaron datos para mostrar que la delincuencia violenta —asesinatos, ataques con agravantes, violaciones y robos a mano armada— había descendido a su punto más bajo desde la década de 2020 en algunas zonas de Minneapolis. El reportaje exploró las razones, como que la policía había sacado más armas de las calles y se enfrentaba a la violencia de las bandas.
«Mostramos cómo era antes y cómo es ahora. Usamos datos para encaminar la historia», dice Harkness.
- Informar sobre las causas subyacentes que contribuyen a la delincuencia, como cuestiones económicas, educación, acceso a la salud, políticas de vivienda, adicciones y salud mental.
- Describir tendencias utilizando datos demográficos y códigos postales para que las personas entienda los riesgos en determinadas zonas.
- Identificar cómo la cobertura informativa influye en la opinión pública y esta, a su vez, en las políticas públicas.
Cheryl Thompson-Morton, codirectora del curso, define la cobertura tradicional de la delincuencia como «artículos puntuales que solo incluyen el punto de vista de las fuerzas del orden, aportan poco contexto sobre las tendencias delictivas y no hacen un seguimiento con las comunidades para comprender las causas profundas y las soluciones. Eso es lo que intentamos cambiar».
La especialista propone examinar las siguientes preguntas a la hora de cubrir hechos delictivos:
- Empezar por la misión: ¿Por qué tu redacción cubre delincuencia? ¿Qué promesa quieres hacer a tu audiencia?
- ¿Dónde se encuentra tu cobertura actual? ¿Cómo sería tu cobertura si tuviera éxito?
- ¿Qué debes hacer para pasar de la situación actual de la cobertura delictiva a la situación que deseas alcanzar en el futuro? Piensa en tácticas.
- ¿A quiénes deberías involucrar para que este cambio tenga éxito? ¿Cómo conseguir que participen en el proceso?
- ¿Cómo podemos conseguir datos y utilizarlos para ampliar los debates sobre las tendencias en seguridad pública en nuestras comunidades, en contraposición a los incidentes individuales?
- ¿Cómo debe cambiar nuestra relación con las fuerzas del orden? ¿Cómo podemos incorporar a nuestro trabajo información sobre trauma?
- ¿Cómo comunicamos estos cambios a nuestro público?
Aunque no hay respuestas fáciles, estas preguntas sirven de guía para impulsar el cambio. A continuación presentamos otros recursos que pueden ayudar.
- Proyecto Marshall: este sitio reúne información sobre justicia penal en Estados Unidos. En 2023, el director del Proyecto Marshall, Carroll Bogert, señaló: «Los medios están adoptando una serie de políticas para tratar de mejorar su cobertura. Algunas son intentos de equilibrar el lado ‘la policía dijo’ de la narrativa».
Entre otros cambios, citó:
- Abandonar la cobertura de los delitos menos graves o menores.
- No publicar fotos policiales o, cuando se publiquen, instaurar un procedimiento para retirarlas.
- Cubrir solo los casos que merezcan la pena.
El proyecto publica historias que van más allá de lo ordinario con temas, fuentes y datos.
- Radio, Television, Digital, News Association ofrece guías para replantear las secciones de sucesos. RTDNA recomienda actualizar o eliminar las versiones digitales archivadas de las coberturas cuando así se solicite si el caso se ha sobreseído, se han retirado los cargos, por la antigüedad del caso o por condiciones atenuantes que han creado un entorno distinto para la víctima y/o el acusado.
- The Crime Repor es un esfuerzo conjunto del Center on Media, Crime and Justice; un grupo de reflexión «orientado a la práctica» sobre la información relativa a la delincuencia y la justicia, y Criminal Justice Journalists (CJJ), una organización de periodistas especializados en delitos.
De acuerdo con su sitio web, el CJJ «gestiona un servidor de listas diario sobre justicia penal para periodistas, elabora guías especiales y estudios de casos sobre temas de justicia penal, y produce el único compendio y resumen diario de noticias penales de Estados Unidos, extraídas de cientos de medios de comunicación y organizaciones de todo el país».
Foto del gato wilcox y Pexels.