Una desinformación muy común que circula en Latinoamérica señala que las personas fallecidas están incluidas en los padrones de votación o que las personas utilizan cédulas de identidad de las personas fallecidas para votar, lo cual estaría vinculado a un intento de fraude.

Es posible que en algunos casos aparezcan en los padrones de votación personas fallecidas. A veces se trata de errores en el registro que son corregidos por las autoridades y en otros es posible que, dado que los registros se hacen meses antes de las elecciones, haya gente que muera entre que se hacen los padrones y la fecha de las elecciones. En general, el propio sistema electoral incluye formas de solucionar este problema.

Un ejemplo de esto se vivió en las elecciones generales de 2022 de Costa Rica, donde se anunció que se podría votar con cédulas vencidas debido a la pandemia. Una desinformación aseguraba que esto permitía que miles de fallecidos votaran. Pero esto era falso: el padrón electoral se actualizaba hasta el propio día de la elección para borrar los nombres de quienes fallecían antes de esa fecha.

Además, muchas veces la desinformación aprovecha los prejuicios presentes en la sociedad para atacar a una minoría. Este tipo de discriminación aparece en muchos contextos y las épocas electorales, cuando la tensión crece, no son una excepción.

Por eso es bastante común que circulen desinformaciones que aseguran que los inmigrantes van a votar en las elecciones en países donde no está permitido. O incluso en aquellos países donde el voto de extranjeros está habilitado, circulan contenidos que dicen que van a poder votar a pesar de no cumplir con las condiciones legales.

Este tipo de contenidos falsos varía según las regulaciones de cada país. En las últimas elecciones de Estados Unidos hubo una narrativa desinformante muy específica sobre esto: que inmigrantes indocumentados o recién llegados iban a intentar votar ilegalmente. Pero para que los migrantes puedan votar tienen que ser ciudadanos estadounidenses. Para eso se necesita tener más de 18 años y haber pasado por un proceso de naturalización que dura años, y que a su vez tiene como requisito ser residente permanente en el país por al menos cinco años.

Un ejemplo muy claro de una desinformación que fomenta esta narrativa se dio por ejemplo en el estado estadounidense de Colorado, donde circuló falsamente que el gobierno estatal había enviado 30.000 boletas electorales a inmigrantes indocumentados.

Algo parecido ocurrió en Chile donde una desinformación afirmaba que los extranjeros que habían llegado hace menos de un mes al país podrían votar en el plebiscito para la nueva Constitución. Pero esto era falso: en Chile solo pueden votar las personas extranjeras que residen en el país desde hace más de cinco años.

Por todo esto es muy importante cuando se cubre una elección ser muy cuidadosos a la hora de reportar sobre estos temas para dar la información correcta y evitar caer en discursos discriminatorios o que pueden ayudar a deslegitimar una elección.

Y, como en todo proceso electoral, es posible que existan errores. Pero hay que tener cuidado con presentar estas irregularidades como prueba de que personas no habilitadas van a votar. Por eso nuestra cobertura debería confirmar si el Estado tiene mecanismos para solucionar estas fallas en el sistema electoral y verificar si se trata de un hecho aislado o realmente de algo organizado, ya que de lo contrario podemos ayudar a difundir desinformaciones que buscan deslegitimar el proceso electoral.


Para más información sobre los tipos de desinformación electoral, puedes consultar PortalCheck y en este sitio hay más recursos para periodistas.

Este recurso forma parte de un kit de herramientas para cubrir períodos electorales y detectar desinformación relacionada, producido por IJNet en alianza con Chequeado y Factchequeado, y con el apoyo de WhatsApp.

Imagen de Mika Baumeister en Unsplash.