Los ritos universitarios

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Desde que surgió la Universidad, sigue siendo, a pesar de los años, lo que siempre fue: un grupo de gentes dedicadas al studium y a formarse en la Facultad Mayor en profesiones clericales en teología, derecho y medicina; o en la Menor, en artes o filosofía (toda la sabiduría toda). La Universitas fue la reunión de ciencias y disciplinas que formaban la unidad del saber. El concepto epistéme se transformó en scientia, los griegos reconocieron que es triunfo de la inteligencia, penetrar mediante la observación y el pensamiento en las cosas y fenómenos, superando los mitos y ficciones. La Universidad retomó de estos conceptos.

La Universidad, esa que conocemos, nace en la época medieval (s. X, XI y XII), pero su apogeo fue el siglo XIII, cuando emergieron ex nihilo. Como toda institución social, el contexto socioeconómico y cultural, le imprimió sus rasgos fundamentales. Algunas, simplemente brotaron, pronto, como empresas culturales y espirituales. El Renacimiento las nutría.

Los cambios mayores que constatamos en los últimos tiempos, producen otros más profundos aún, pero permanece incólumes principios como el Alma mater, o sea, sus integrantes son engendrados y trasformados por obra de la ciencia y del saber, pero, sobre todo, son personas capaces de profesar un ideal, de gobernar con dignidad su propia vida y de producirla con todas sus facultades.

Es lo que debe ocurrir, ad portas del acontecimiento, docentes y estudiantes se aprestan a iniciar el gran #festiBau3, la cuarta semana de octubre, en la sede central del Campus Universitario. Un evento dedicado a la gaya ciencia (Nietzsche), es decir, a la ciencia alegre, a las artes, la fotografía, los audiovisuales, la poesía, ajedrez, videoarte y cierre con gymkana y baile, todo para celebrar a la Lora, la diosa romana, que inspiró a Clemence Isaure, instituir los juegos florales (que no es otra cosa que el #festiBAU3) de aquellos tiempos, en Toulouse, Francia (siglo XIII), época de auge de la universidad, que emuló la experiencia para no dejarla.

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