La posibilidad de dejar la universidad por unos meses fue un tema de conversación recurrente entre los estudiantes de periodismo, según recordó Valeria Vicente, de 25 años y alumna de la Pontificia Universidad Católica del Perú, desde Lima. “Muchos compañeros se preguntaban: ¿Qué sentido tiene si no estamos aprendiendo? ¿Para qué seguir estudiando mientras esta sea la situación?”, contó Vicente a IJNet.
Tras dos años de educación virtual debido a la pandemia de COVID-19, profesores, profesoras y estudiantes de periodismo de cuatro universidades de Perú y México reflexionaron sobre el impacto de la educación virtual en la enseñanza. Los principales retos estuvieron relacionados a la ausencia del reporteo presencial, la conexión a Internet, acceso a equipos de grabación de audio y video, y problemas de salud mental.
Aun así, y a pesar de las dudas que generó la pandemia, los estudiantes entrevistados dijeron que la crisis reafirmó su vocación por el periodismo. “Durante la pandemia me di cuenta que el periodismo fue parte de la primera línea; es una de las profesiones más necesarias, por eso mi decisión de hacer periodismo no ha cambiado”, explicó Ricardo Gutiérrez, estudiante de 25 años de la Universidad de Xochicalco, en Baja California, México.
“Ya van casi dos años [de estudios a distancia]. ¿Cuántas veces he hablado con la gente [en persona]? Casi nunca”, relató Johana Crespo, estudiante de 21 años en su penúltimo cuatrimestre de la carrera de comunicaciones en la Universidad de Xochicalco. Uno de sus profesores, el periodista Joatam Elesedeo, coincidió con Crespo: “Es un poco contradictorio porque, en la vida real, no van a poder reportear y entrevistar desde sus casas”.
Los entrevistados coincidieron en que la pandemia limitó la enseñanza y práctica del reporteo presencial, una habilidad clave en la formación periodística. Vicente, por ejemplo, logró ingresar a un medio local mientras estudiaba: “En seis meses de trabajo he aprendido algo distinto al año y medio de universidad; pues trabajamos de manera presencial, y el trato con las fuentes es totalmente distinto de manera presencial que a través de una llamada”.
La virtualidad, sin embargo, también abrió nuevas posibilidades. El director de la carrera de Periodismo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Mario Munive, contó a IJNet que la cuarentena obligó a sus estudiantes a salir de su zona de confort: “Cuando la burbuja de la universidad desapareció por estar en sus casas, los estudiantes comenzaron a hacer reportería de temas de mayor interés público y a producir mayor contenido”.
Para Oswaldo Bolo, docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Perú, si bien la pandemia limitó a los alumnos para salir a reportear en las calles, abrió la posibilidad a acceder a una gama más amplia de fuentes. “La virtualidad ha permitido entrevistar a fuentes de difícil acceso por la lejanía o sus horarios. He tenido un grupo de estudiantes que han hecho un reportaje con entrevistas a personas de todo el país”, dijo.
“Muchos estudiantes volvieron a sus lugares de origen, donde no tenían una buena conexión a Internet”, reveló Giuliana Pantoja, docente de periodismo de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, desde Ayacucho, Perú. Según dijo, los estudiantes de su curso de periodismo radial tuvieron que adaptarse a la falta de acceso a los equipos de grabación de la universidad: «Grababan los audios en Whatsapp y editaban en softwares más sencillos».
Situación similar ocurrió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad de Xochicalco. En el primer caso, Shanna Taco, de 22 años y egresada en 2021, contó: “Nuestra cabina de radio no era la más moderna, pero al menos servía para practicar con los equipos; mientras que en periodismo televisivo tuvimos que improvisar bastante, grabando con nuestros celulares y simulando reportajes dentro de nuestras casas”.
En el segundo caso, Crespo aseguró que su universidad acababa de inaugurar una cabina de radio antes de la pandemia. “He ido tres veces: cuando se estrenó, para grabar un podcast y una tarea, pero fue difícil por el aforo restringido”, dijo. Algunas materias de la Universidad Católica del Perú, como periodismo televisivo, no se dictaron el primer semestre por la dificultad para adaptarse a la virtualidad, explicó Munive.
“Siempre quisimos vivir un proceso histórico, pero no es nada agradable: al revisar las tasas de infección o mortalidad era abrumador saber que amigos o familiares eran parte de dichas estadísticas”, contó Gutiérrez. El profesor Munive, por su parte, relató que en su universidad hubo “casos de depresión y ansiedad, y alumnos que se pusieron a llorar en las primeras clases; entraban en crisis”.
Dicha situación generó que la posibilidad de dejar de estudiar fuera un tema común entre los estudiantes de periodismo. “Muchos estudiantes se sentían abrumados; era complicado para un alumno llevar siete materias semanales, de tres horas cada una, sentado frente a la computadora. Otros me escribieron diciendo que no podían conectarse a las clases porque tenían un familiar con COVID-19, o ellos mismos estaban contagiados”, agregó Bolo.
A esto se sumó que los estudiantes no contaban con espacios adecuados para estudiar en sus hogares, o tuvieron que trabajar por la crisis económica. “Mis dos hermanas tienen clases virtuales y todas usamos la misma red de Internet”, dijo Vicente. La profesora Pantoja, por último, contó que algunos de sus alumnos ingresaban a clases virtuales desde sus centros de trabajo. “Algunos dejaron de estudiar por estos temas”, concluyó.
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