Lenguaje preciso para contrarrestar la desinformación

Publicado por Bausate
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Donald Trump acusó a la prensa de publicar Fake News en su contra durante su primer año en la presidencia. Este término, que tuvo su aparición a finales del siglo XIX, volvió a cobrar vida en Internet.

Las Fake News o noticias falsas se han utilizado para generar desinformación y cuestionar la validez de los medios de comunicación. En la actualidad, el uso constante d en las redes logró que la frase se nombre como “palabra del año” por el Diccionario Collins en 2017.

DeMario Phipps-Smith, director de aprendizaje comunitario de News Literacy Project, advirtió a los periodistas de tener cuidado de no difundir ellos mismos información errónea sin darse cuenta. Esto alimentaría acusaciones de quienes pretenden desacreditar al periodismo responsable.

«La desinformación es la difusión de información falsa sin intención de hacerlo. Puede que no sepas que lo estás difundiendo, puede que no tengas mala intención, pero aun así estás difundiendo cosas que son inexactas y desinforman», dijo Phipps-Smith a IJNet.

Mya Zepp, periodista de IJNet, menciona que los comunicadores tienen un papel clave para mitigar el daño causado por las Fake News. El lenguaje que utilizan es un punto de partida fundamental. El ser más preciso al momento de comunicar ayuda a restablecer la confianza en los medios de comunicación.

En el año 2020, la revista científica Science Advances hizo un estudio publicado donde solo el 0,15% de las noticias publicadas a diario consumidas por lectores son deliberadamente falsas o engañosas.

Como connota Zepp, al utilizar expresiones como no basada en la verdad, información engañosa o sesgada o desinformación, uno puede transmitir un significado que desembaraza la carga política que conlleva decir noticias falsas.

«Es importante que los periodistas se pongan en el lugar de sus lectores.  Aunque es probable que los periodistas conozcan a la conozcan a la perfección los temas de su especialidad, no ocurre lo mismo con su audiencia. Es importante no hacer suposiciones sobre lo que ya se sabe y evitar basarse demasiado en las cifras para tomar decisiones editoriales», afirmó Phipps-Smith.

 

Fuente: IJNet – Red Internacional de Periodistas

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