El empresario peruano Carlos Añaños Jerí expuso desde España, a los estudiantes y docentes de la Universidad Jaime Bausate y Meza, su experiencia en el campo del emprendimiento y concretamente su trabajo al frente de la empresa AJE, el Patronato Pikimachay y del nuevo modelo de negocio Tiyapuy.
Lo hizo en la conferencia virtual realizada el 30 de abril y organizada en cumplimiento del programa de capacitación del Instituto de Investigación y de la Escuela de Posgrado de la Universidad Jaime Bausate y Meza, que contó con la presencia de docentes y estudiantes de este centro superior de estudios, así como del Vicerrector de Investigación, Dr. Cluber Aliaga Lodtmann, y la jefe de Capacitación y Gestión de Proyectos del Instituto de Investigación, Prisea Vílchez Samanez.
El Ing. Carlos Añaños afirmó que “crisis es igual a oportunidad” y que su experiencia personal lo demuestra. Manifestó que se deben aprovechar las oportunidades que se presentan para alcanzar el éxito. Refirió que en plena crisis derivada del terrorismo fundó AJE, su primer emprendimiento que se ha extendido por países de Latinoamérica, África y Asia y luego, en la crisis derivada de la pandemia, diseñó y puso en marcha el negocio Tiyapuy.
Aseguró que un proceso de emprendimiento no es fácil. Conlleva una serie de dificultades que, en muchos casos, son muy complejos pero no es imposible afrontarlos. Recalcó, además, que todo emprendimiento implica mucho trabajo. “No hay ninguna persona exitosa en el mundo que no se haya sacrificado y trabajado mucho”, recalcó.
Al narrar su experiencia personal, dijo que empezó como vendedor, obrero y desarrolló todas las actividades vinculadas al negocio, en jornadas de trabajo que se iniciaban a las 4 de la mañana y continuaban hasta altas horas de la noche, sin descanso, ni vacaciones. Se refirió luego al proceso de internacionalización de AJE, que se inició en Venezuela en 1998 con muy pocos recursos y que continuó en otros países. Subrayó que una sola frase marca el éxito de AJE: la confianza. “Si nosotros somos capaces de generar confianza a los proveedores, consumidores, compañeros, diversos stake holders, etc. tenemos asegurado el éxito”, recalcó.
Agregó que en la década pasada, al comprobar que Ayacucho estaba más cerca de Etiopía o Ghana que de Lima en los tres índices de desarrollo humano (ingreso económico, salud y educación), se animó a ayudar. Es así cómo fundó el Patronato Pichimachay bajo cuatro pilares: acercar la artesanía al arte, lanzar concepto de marca Ayacucho y buscar que Unesco declare patrimonio cultural a la ciudad y trabajar el concepto de Smart. Dijo que, después de 4 años de trabajo, se lograron resultados importantes: muchos nuevos restaurantes (100), 20 nuevas agencias de viaje, el incremento de turistas y en el tema de seguridad ciudadana, se logró convertir a Ayacucho en la cuarta ciudad más segura.
Asimismo, refirió que, en 2020, en pleno confinamiento y crisis de salud, luego de constatar que el 80 por ciento de los que llegaban a UCI era por problemas vinculados a la obesidad y la alimentación, diseñó un nuevo modelo de negocio denominado “win win al cuadrado”, que pone en valor el trabajo de los héroes agricultores y busca el equilibrio global con una alimentación sana. Se creó, por lo tanto, Tiyapuy, que trabaja con papas, quinuas y otros productos cien por ciento orgánicos, cosechados a mano y regadas con agua de lluvia.