Este artículo contiene menciones al suicidio.
La Organización Mundial de la Salud estima que el suicidio es la causa de más de 700.000 muertes anuales. De ellas, más de tres de cada cuatro se producen en países de ingresos bajos y medios.
En la cobertura periodística, hay evidencias preocupantes de que la información irresponsable puede dar lugar a imitaciones de suicidios, dijo Klaudia Jázwińska, periodista e investigadora que analizó artículos de los principales medios de comunicación de Estados Unidos sobre el fallecimiento por suicidio de la doctora Lorna M. Breen para averiguar en qué medida se adherían a las directrices recomendadas para informar sobre el tema.
«Todo lo que sería un impulso natural para los periodistas al cubrir cualquier historia es problemático cuando informan sobre el suicidio», dijo Schwartz. Explicó que los periodistas deben evitar la identificación, la creación de una narrativa, y los ángulos relacionables y emocionalmente convincentes en sus informes sobre el tema: «No hay que convertir a la persona en un héroe».
La doctora Lorna Breen era jefa de urgencias del Hospital Presbiteriano Allen de Nueva York. Durante la pandemia, ella, como muchos otros profesionales sanitarios, temía perder su licencia médica si buscaba ayuda psiquiátrica. «Estaba abrumada, pero había un estigma asociado a tomarse un descanso», dijo Feist. Breen se suicidó tiempo después.
Mientras su familia aceptaba su suicidio, la cobertura de los medios se volvía agobiante y no tenía en cuenta sus sentimientos ni privacidad. Cuando la historia de Breen se tornó sensacionalista, su familia decidió contarla en sus propios términos: crearon la Lorna Breen Heroes’ Foundation en defensa de la salud mental de los trabajadores sanitarios.
Si bien dista mucho de ser un escenario perfecto, se han abierto conversaciones relevantes sobre cómo mantener debates delicados sobre la salud mental y los suicidios en Estados Unidos, dijo Schwartz. Además, subrayó que es importante respetar la sensibilidad de los familiares cuando se informa sobre el tema.
El riesgo de contagio o imitación de los suicidios puede ser consecuencia de una información sensacionalista e irresponsable, dijeron Schwartz y Jázwińska. Por ejemplo, hubo un aumento del 10% de los suicidios tras la muerte del actor y cómico Robin Williams, debido en parte a la naturaleza de la cobertura informativa que siguió, dijeron.
Fraser explicó que seis décadas de investigación demuestran la relación entre ciertos elementos de la cobertura mediática y las tasas de suicidio. Esto incluye la información que entra en detalles sobre cómo ocurrió el hecho, por ejemplo. «La forma en que esto se produce es a través del aprendizaje social. Las personas más vulnerables a este efecto son las que luchan con su salud mental, quienes han perdido a un ser querido, especialmente por suicidio y los jóvenes», explicó. «Ellos se identifican en exceso con ciertas características y circunstancias, y pueden empezar a sentir que el suicidio es una opción adecuada».
Los panelistas mencionaron el «efecto Papageno«, que relaciona historias esperanzadoras sobre el manejo de la crisis con la disminución de las tasas de suicidio: al cubrir el tema, los periodistas deberían centrarse en cómo se puede buscar ayuda y en recursos e información sobre cómo afrontar la situación.
«Siempre que se informe con responsabilidad y sensibilidad, los medios de comunicación pueden ser una fuerza real para el bien», instó Fraser. «Estar al tanto de las directrices recomendadas te ayudara a que tu trabajo sea lo más seguro posible».
Aquí puedes acceder a las recomendaciones para el tratamiento mediático del suicidio del Ministerio de Salud de Argentina.
El suicidio puede prevenirse, dijeron Jázwińska y Schwartz. «Y, por lo tanto, es un problema presentar al suicidio como algo simple o inevitable, o como una crisis o epidemia», explicó Schwartz.
Las tasas de suicidio disminuyeron ligeramente en Estados Unidos en 2020 durante la pandemia, aunque han aumentado entre los trabajadores esenciales. También hay una línea borrosa entre los síntomas de estrés y ansiedad y la depresión, añadió Schwartz.
«Las tendencias suicidas suelen ser un estado temporal. Si a la persona se le dan los recursos necesarios, no seguirá ese camino. Los periodistas están en posición de amplificar los mensajes positivos y evitar que se repitan errores al informar», concluyó Jázwińska.
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Imagen de Nik Shuliahin en Unsplash.