¿La democracia es para los niños?

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A los políticos, en general, contemplados desde lejos, les agrada la idea de ser vistos o estar rodeados de niños o simplemente departiendo con ellos, espontáneamente. Ser fotografiados, filmados, dibujados, pintados, comentados, de alguna manera reportados en los diferentes medios, en los tradicionales o los disruptivos medios sociales. A diferencia de los artistas, de esas estrellas de Hollywood o de Cineccittá, que veían con pavor a un niño en el escenario que ocupan, “los ojos de todo el mundo” era atrapados por el engagement del infante. Los políticos tienden a atraerlos para mimetizarse con ellos, por un momento, que podría bien llevarlos a la gloria.

Desde muy antiguo, los sacerdotes, el poder, los líderes políticos, actualmente las técnicas persuasivas, utilizan imágenes con niños para transmitir mensajes específicos. En Latinoamérica, no son pocos los eventos, seminarios y congresos en los que participan muchos/muchas presidentes, son eventos relacionados con la niñez, por ejemplo, el destinado a analizar los temas de la educación y la salud infantil, un foro organizado por las no estrellas menores Shakira y Alejandro Sanz, muchos presidentes, sin fotos y sobre todo sin niños; en Europa, aunque es difícil encontrar ejemplos recientes de líderes políticos acompañados de niños con fines políticos, es común que los mandatarios participen en actividades relacionadas con la infancia, como visitas a escuelas o eventos culturales. Estas acciones suelen estar orientadas a reforzar su imagen pública y conectar con la población.
En el caso de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro, en varias ocasiones es visto junto a niños y niñas en ceremonias públicas como en el Día Nacional de los Niños en ese país, en donde expresó su cariño hacia ellos y destacó su importancia como «fuente infinita de inspiración y nobleza». También participa en la iniciativa para apoyar a niños con discapacidad. Estas imágenes suelen ser parte de su estrategia para mostrar cercanía y compromiso con las nuevas generaciones.

Más en la historia tenemos historias para el olvido, pero no, de ningún modo. En el caso de Hitler, las Juventudes Hitlerianas son un ejemplo de cómo los niños fueron adoctrinados para servir al régimen político. Este grupo inculcaba la ideología nazi desde temprana edad, preparando a los jóvenes para roles militares y políticos dentro del Tercer Reich.

En el Perú, una presidente urgida de legitimidad y carente de apoyo y contrapesos políticos, recurre y recorre los colegios y escuelas, buscando conquistar a niños, niñas y adolescentes para hallar el apoyo perdido. Lanza discursos complejos y problemáticos a los desconcertados como aburridos adolescentes, que seguramente, comprenden su discurso amargo y sus deseos necrolátricos. Mientras el lente comprensivo y acucioso de los medios públicos y privados, registra el acontecimiento como la “buena” noticia, que es vista por una población con gran déficit crítico de decodificación, sumida en un Smart Phone, que le hace ver que es ella, el centro del universo como lo retrata el selfie.

Las ciencias sociales y la opinión pública no son ajenas a estas actitudes y procedimientos en la política local. En el pasado se criticó, con débil convicción, a los niños chapistas, a las prisiones de adoctrinamiento de SL, a los niños soldados del VRAE, ejemplos de cómo los políticos influyen en los niños y niñas en un contexto extremo de adoctrinamiento, manipulación, de reclutamiento forzoso y explotación política.

¿Cuáles son los efectos de estas prácticas en la democracia? Esta situación persistente, aún se presenta en nuestro país y en la región, suele presentarse en comunidades vulnerables, allí donde la pobreza, la falta de educación, la carencia de servicios, en suma, la Aestatalidad, las hace más susceptibles a repetir la historia. Todas estas experiencias afectan a todos, sin embargo, mayor es el efecto en el desarrollo emocional y social de los niños, genera traumas duraderos y dificulta su integración a la sociedad. ¿En la sociedad actual existe el peligro latente de hacer de los niños y niñas, vulnerables?

El tema abordado es complejo. Mostrar a los niños y a quienes pretenden o los utilizan como herramientas políticas, con consecuencias devastadoras para su bienestar y desarrollo, y como no también a la democracia, que se ve degradada a la condición de país que no puede siquiera mejorar sus indicadores elementales de desarrollo humano.

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