El humor en la democracia

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David Khari Webber Chappelle, es un afroamericano musulmán, nacido en Washington, de 60 años, y es muy frecuente leer en los titulares de las noticias de medios y redes, referirse a él como el gran comediante, el nombre mas importante de la industria del humor, el renombrado comediante o el hábil e irreverente comediante. El diario peruano El Comercio, informa que este comediante conocido, ha causado con su monólogo de humor, más críticas que risas, aunque reconoce su habilidad e irreverencia para abordar temas espinosos que extrae de una retrospectiva de sus inicios como humorista.

Una de las últimas puestas en escena de Dave Chappelle, como se le conoce en el ambiente de la comicidad, es DREAMERS (Soñadores), que ha sorprendido a su audiencia, iniciando una encendida polémica sobre su performance, en la que se refiere, permanentemente, a las personas trans. El trato sarcástico a los personajes, de principio a fin de la obra y de sus burlas, no se libra nadie. Chappelle, recuerda haber trabajado en el pasado con el famoso actor Jim Carry, y en ese momento, se sintió decepcionado de Carry, sorpresivamente termina y afirma: Asi es como me hacen sentir las personas trans.

Terminado el chiste, empieza la encendida polémica y también, se aviva el fuego de la cancelación del programa de Dave Chappelle, a pesar de la evidente preferencia del público. Esta controversia abre el debate respecto de los límites o la libertad del humor para presentar cualquier clase de tema con burla y ridiculización de las minorías sexuales, las poblaciones vulnerables o situaciones de violencia. Este conflicto se inició al final del año pasado y principios del presente, una polémica in crescendo que también se presenta en otras sociedades, como en el Perú, en donde se dio un largo debate social, cultural y legal, finalmente ideológico, sobre la representación mediática y estereotipos de sectores vulnerables que producen algunos programas cómicos.

En el compendio histórico escrito por Fernando Vivas, que lleva el título: En vivo y en directo: una historia de la televisión peruana (2017), parafraseamos, pero advertimos que, en esta obra, se dice poco de las venturas y desventuras en la capital, de La Paisana Jacinta, una serie para la televisión que trata de una india pobre peruana que, vestida con su usanza típica y sucia, torpe pero capaz de volver favorables situaciones adversas (caracterización racista del humor de su tiempo), del mismo modo que el Negro Mama, ambas series retiradas de la televisión, mas por defecto creativo y no por mala voluntad, por anunciantes, militantes y activistas afrodescendientes. Una Paisana que provocó, en su momento, protestas políticas en su contra del vanguardismo feminista y de la opinión pública culta, profesional. La perseguían, sí, pero La paisana Jacinta alcanzaba altos índices de audiencia en los sectores populares.

Las producciones televisivas de La paisana Jacinta y El Negro Mama, fueron llevadas a cabo por su creador, el cómico Jorge Benavides Gastello, como una secuencia del programa JBNoticias. El programa se transmitió desde 1999 al 2014, de modo intermitente, como respuesta a la crítica social. Crítica que logró el retiro de la serie de la televisión comercial y hace poco tiempo, su retiro de las redes sociales. En el caso de Chappelle, él es actor y autor del monólogo, asimismo es el que responde polémicamente a quienes le critican, mientras prospera el riesgo de su cierre.

Estamos frente a un problema que debe resolver la democracia. El antropólogo Bastien Bosa autor de ¿Cuál es el chiste? Las dinámicas sociales del humor (2024) nos dice (parafraseamos), el humor es complejamente ambivalente y ambiguo, pues un chiste cotidiano, inofensivo, puede generar resistencia o, todo lo contrario, puede conducir a deshumanizar, degradar y marginar a las minorías.

La ambivalencia y ambigüedad del humor, oscila entre generar resistencia y resiliencia, sin embargo, pueden producir lo contrario.  En esta línea, el humor, el chiste, puede devenir en violencia simbólica y una herramienta que refuerza el statu quo y los privilegios de ciertos grupos, ya sea en términos de clase, género, poder. Los comediantes pueden permitirse temporalmente transgredir normas, lo que a menudo sirve más para recordar al público que debe cumplir con dichas normas que para cuestionarlas de modo significativo.

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