Conseguir tu primer artículo publicado puede parecer un juego de iniciados, sobre todo si no se dispone de un portfolio o de contactos en el sector. Pero recuerda: todos los escritores publicados empezaron en algún sitio, justo donde tú estás ahora, buscando un avance.
Aunque a veces las redacciones se decantan por periodistas con los que han trabajado anteriormente y en los que confían, Olivia-Anne Cleary, editora de TIME con una década de experiencia periodística, señala que los recién llegados pueden aportar puntos fuertes diferentes. Con sus raíces en la clase trabajadora, Cleary comprende los retos que supone entrar en este sector cada vez más reducido y dominado por personas de mayor nivel adquisitivo. En la actualidad, se ha comprometido a abrir más puertas a los escritores noveles de clase trabajadora. «Los escritores noveles suelen tener mucha pasión y entusiasmo, lo cual, bien dirigido, puede ser una activo fantástico», afirma.
A veces, cultivar nuevos talentos lleva mucho tiempo, añade Cleary, pero en última instancia es gratificante. Roisin Lanigan, editora colaboradora de The Fence, una revista trimestral impresa, se muestra de acuerdo. «Siempre es muy gratificante dar a alguien su primer artículo y verle crecer como escritor y en su carrera profesional», afirma. The Fence, centrada en la vida en el Reino Unido e Irlanda, acoge abiertamente a escritores sin experiencia previa, lo que demuestra que existen oportunidades incluso para quienes carecen de un historial formal.
Sin embargo, no todos los intentos tienen éxito. «Todos los escritores freelance con los que trabajo han recibido negativas mías a lo largo de los años: son gajes del oficio», explica Megh Wright, editora de la publicación de noticias sobre cultura pop Vulture. «Me encanta cuando un escritor nuevo y hambriento me propone algo, yo no lo apruebo, él se lo toma bien y luego vuelve y sigue proponiendo».
Los rechazos forman parte de la curva de aprendizaje. Para conseguir tu primer encargo, necesitas habilidad, pero también perseverancia y saber cómo dirigirte a los editores. Cleary, Lanigan y Wright ofrecieron sus expertos consejos para dar los pasos necesarios hacia la publicación.
Enviar un correo electrónico repleto de propuestas puede sugerir falta de pasión por alguna de ellas.
«Yo recomendaría empezar con una idea que realmente te entusiasme y dedicarle tiempo para asegurarte de que está bien enfocada y pulida», dice Wright. Como los editores suelen estar abrumados y sobrecargados de trabajo, también prefieren gestionar una propuesta cada vez.
Piensa en pequeños cambios en tu enfoque que pueden marcar una gran diferencia. «Por ejemplo, dar el formato adecuado al correo electrónico de presentación y leer la publicación a la que te diriges para adaptar tus ideas a lo que realmente están buscando», explica Lanigan.
Opta por reportajes, informes o ángulos novedosos sobre un tema de actualidad en lugar de relatos personales, aconseja Lanigan, ya que estos suelen ser los que más atraen la atención del editor.
Incluye detalles
Sé conciso pero minucioso en tu propuesta por correo electrónico. Explica tu artículo, enumera los posibles entrevistados, los puntos que vas a explorar y proporciona un número estimado de palabras, todo ello en unas pocas líneas.
Cleary insta a los redactores a ser transparentes sobre su acceso a las fuentes e incluir una fecha realista para la presentación y publicación del artículo. «Por ejemplo, si se propone un artículo relacionado con el aniversario de una película, la fecha de publicación debería ser el día del aniversario o antes», explica.
Asegúrate de tener un ángulo y un título. «Creo que si no puedes darle un título a tu artículo, es posible que no tengas una visión suficientemente clara», afirma Cleary.
Una historia y un enfoque claros son cruciales, coincide Wright: «Si envías un mini ensayo de buenas a primeras, suele ser señal de que tu idea aún no se ha desarrollado del todo».
Wright destaca la importancia de presentar una voz distintiva y atractiva que capte la atención. «Las mejores propuestas me acercan a algo —especialmente a algo con lo que no estoy familiarizada— de una forma única y sorprendente que me anima a saber más».
También anima a abrazar lo poco convencional, sobre todo en las propuestas sobre cultura pop. «No dudes en ser raro e incluso un poco desquiciado. Quiero personalidad y una redacción sólida más que un currículum», dice.
Los escritores deben tener una cartera de trabajos que puedan mostrar a los editores, pero eso no tiene por qué significar únicamente trabajos publicados en otros medios. «No creo que se deba presentar un trabajo sin una carpeta. Pero el aspecto de un ‘portfolio’ puede ir en muchas direcciones», señala Wright.
Las tres editoras ofrecen consejos útiles: considerar la autopublicación en un blog o un sitio web para mostrar artículos y proyectos escritos para disfrute personal. Los estudiantes de periodismo pueden explorar oportunidades en periódicos y revistas universitarios, aunque sólo sea para conseguir un par de artículos como freelance. Si tienes un trabajo escolar del que te sientas especialmente orgulloso, tampoco pasa nada por compartirlo.
Los boletines informativos son otra forma estupenda de mostrar tus habilidades y conseguir lectores, lo que puede ser muy valioso a la hora de dirigirte a plataformas más grandes.
No pierdas de vista las plataformas de redes sociales y los boletines informativos para escritores autónomos, como Journo Resources – The Opportunities, donde los editores suelen anunciar convocatorias de propuestas.
«Probablemente sea más útil fijarse en las publicaciones que hacen encargos de forma activa que dirigir a la gente a la publicación XYZ en general y, a partir de ahí, entablar una relación con los editores que hacen los encargos», explica Lanigan.
Después de enviar tu artículo, acepta los comentarios de forma constructiva. «Estoy muy agradecida a los editores que me dieron una oportunidad cuando apenas había publicado nada», dice Lanigan. «Pero creo que el error que cometí con esos editores —y lo que a veces hace más difícil trabajar con escritores noveles hoy en día— es que me puse muy nerviosa y me disculpé por las correcciones que me sugerían».
Recuerda que el trabajo de un editor es perfeccionar tu obra. Sus comentarios no son una crítica de tus habilidades, sino una valiosa herramienta para ayudarte a crecer.
«Al principio te va a doler — yo he pasado por eso—, pero sigue enviando propuestas y te dolerá menos a medida que pase el tiempo», dice Wright.
Tampoco hay nada malo en explicar a los editores que eres un periodista novel y que te gustaría recibir comentarios para poder adaptar tus futuras propuestas a lo que buscan. «Puede que no todos los editores tengan tiempo de darte su opinión, pero nunca está de más preguntar, y todos hemos sido nuevos alguna vez».
Foto de Nick Morrison en Unsplash.