La inteligencia artificial está transformando la manera en que desarrollan su labor los periodistas y, si bien los modelos de generación de texto como ChatGPT concentran la totalidad de los titulares, existe mucho más de esta tecnología en permanente evolución.
El panorama de la inteligencia artificial para los periodistas es diverso y se expande con algoritmos que permiten descubrir historias ocultas en datos, sistemas de aprendizaje automático que transcriben y traducen, y herramientas que optimizan los muros de pago, y las interacciones con los consumidores.
«Hay aplicaciones de IA para todas las fases del proceso periodístico —reporteo, producción y distribución—, así como usos comerciales y de engagement», explica Mattia Peretti, director del proyecto JournalismAI, dirigido por el think thank periodístico Polis de la London School of Economics and Political Science.
Estas apps se vuelven resultan cada vez más accesibles y asequibles: «La base de datos de herramientas de IA para redacciones pequeñas y locales publicada por Partnership on AI incluye muchos ejemplos estupendos».
Este nuevo poder, no obstante. genera riesgos que incluyen el sesgo del aprendizaje automático, además de dilemas éticos.
«Las herramientas de IA pueden ser un recurso inestimable para los periodistas, pero debe garantizarse la supervisión humana para evitar la publicación de datos inexactos o acusaciones falsas», alerta Colin Porlezza, director del Observatorio Europeo de Periodismo y docente adjunto de Periodismo Digital en la Università della Svizzera.
A su juicio, las distintas fases del proceso periodístico pueden generar preocupaciones como que el diseño del sistema se ajusta a los valores periodísticos hasta verificar la exactitud de los datos empleados, además de garantizar la transparencia de la finalidad y la metodología de la aplicación.
Además, conforme se popularizan programas de chat, como ChatGPT, y los generadores de imágenes, como DALL-E o Midjourney, se producen nuevos desafíos que apuntan a controlar la difusión de información errónea. Por ejemplo, los consumidores de noticias pueden no tener en cuenta las fuentes habituales de los medios de comunicación y acceder a la información mediante estos sistemas.
«Esto podría alterar gran parte del ecosistema empresarial del periodismo digital y plantear una serie de problemas, como la validación de las fuentes y la credibilidad de publicaciones y periodistas», advierte Sejin Paik, de la Universidad de Boston especializado en comunicación mediada por inteligencia artificial e interacción persona-computadora.
A fin de navegar por estas complejidades responsablemente es clave conocer bien las herramientas disponibles. Estas son algunas aplicaciones de inteligencias artificial no relacionadas con la escritura que se deben conocer.
Descubrir información
Las herramientas de inteligencia artificial pueden contribuir a que los periodistas agilicen la recopilación de información y descubran historias escondidas en conjuntos de datos. Por ejemplo, new/s/leak, abreviatura de «NetWork of Searchable Leaks» (red de filtraciones investigables), utiliza tecnología lingüística y visualizaciones para ayudar, de forma gratuita, a los comunicadores a cribar grandes cantidades de datos de texto e identificar material relevante y conexiones inesperadas con mucha mayor eficacia.
«El sistema es similar al que construimos en la City, Universidad de Londres, con DMINR, una herramienta de descubrimiento y verificación de noticias para ayudar a los periodistas a trabajar con big data y encarar investigaciones», indica Porlezza.
Etiquetado y archivo
«El etiquetado automático puede parecer un uso aburrido de la IA», afirma Porlezza. «Sin embargo, solo un sistema exhaustivo de archivo y etiquetado permite a las redacciones sacar el máximo partido de sus enormes archivos».
Un mal etiquetado puede llevar a perder información valiosa en las bases de datos, por lo que es fundamental disponer de un sistema correctamente entrenado. Para simplificar este proceso, Porlezza recomienda Varia, una herramienta «relativamente exitosa en el mercado alemán», un sistema de categorización con capacidades inteligentes de búsqueda y recuperación.
Accesibilidad
La Inteligencia artificial de texto a voz, como Eleven Labs, puede convertir el texto escrito en voz natural, de tal manera que la información resulte más accesible para personas con deficiencias visuales. Del mismo modo, programas de conversión de voz a texto como Trint transcriben audio y video en diversos idiomas, facilitan el acceso a un público más amplio, incluidas quienes tienen pérdida de audición.
YouTube ofrece también subtítulos gratuitos, pero para un trabajo más completo, Descript es una herramienta de edición intuitiva que se puede utilizar para grabar, transcribir, así como editar audio (además de eliminar expresiones de relleno).
Análisis de tendencias
El seguimiento de acontecimientos y temas en tiempo real mantiene al día con el dinamito ritmo de las noticias. La inteligencia artificial lo vuelve más sencillo con NewsWhip, que anticipa las historias y los temas que se convertirán en tendencia en las próximas horas, al rastrear el interés del público y de los medios de comunicación.
Otra plataforma tecnológica, Factmata, evalúa redes sociales, artículos y entradas de blog a fin de agrupar opiniones similares y brindar información sobre popularidad y viralidad. Así, los periodistas pueden seguir los últimos acontecimientos y comprender mejor los diálogos en línea.
Investigación y reporteo
Aunque se comercializa como herramienta para investigadores académicos, Audemic puede también permitir a periodistas y creadores de contenidos ahorrar tiempo valioso en su reporteo.
Los usuarios pueden cargar un artículo científico y el programa generará una versión sonora del texto. Además, pueden acceder a un resumen de manera rápida, saltar a secciones específicas, escuchar el audio, destacar información importante y tomar notas de manera fácil. Todo ello convierte el proceso en más eficiente y eficaz.
Cristiana Bedei- Fuente: ijnet.org/es
